jueves, 25 de septiembre de 2014

Aunque sea como siempre... Hay algo, algo que todavía no he descubierto lo que es, quizás algo invisible o algo inexistente...
Pero yo noto algo, algo diferente. Será que ya no me acordaba de como era o que me imaginaba que era de otra forma, pero ese algo, invisible, inexistente puede, eso, noto que me hace feliz.
Llegar a pensar que hay algo que ha cambiado sin cambiar, el simple hecho de que todo sea distinto aunque siga igual me hace sonreír cada vez que lo recuerdo.
A veces pienso que quizás sea inútil plasmar esto en un papel, escribir líneas intentando expresarlo para volver a dejar lo escrito incompleto. Entonces vuelvo a arrugar el papel con más fuerza que el anterior lanzándolo contra los otros folios inservibles. Y me doy cuenta de que jamás conseguiré expresarlo como quiero. Ninguna palabra es la adecuada, se quedan cortas y a veces extremadamente grandes, me siento imprecisa cuando hablo de ti. Nada es válido pero tampoco el, todo me sirve, que paradoja ¿verdad? Pero es tan sumamente complicado plasmar un sentimiento de tal calibre que la situación puede conmigo y hace que no solo se entrecorte mi respiración si no también mi mente. 
En cuanto a lo que me concierne, has perdido esta batalla. Ya está. Fin del juego. No hay marcha atrás; este es tu último movimiento y lo has desperdiciado. Ahora tus dudas corroerán todas y cada una de tus neuronas; las preguntas vagaran libremente por tu mente, y tu sufrirás cada noche de incertidumbre. 
¿Me he hecho más fuerte?
Esta pregunta aún no tiene respuesta. Pero de todas formas, seguiré adelante, con mi vida, con mis errores, con mis aciertos, con mis derrotas, con mis victorias, con mis defectos, con mis virtudes... seguiré para poder responder "Si, soy mucho más fuerte" 

lunes, 8 de septiembre de 2014

Voy a olvidar tu amor.
Ya no soy nada para ti, alguien que no conoces, lo nuestro se acabó, tanto daño al final nos destruyó.
Ya no lloraré por ti porque ya me cansé de ti, ya no eres imprescindible , sin ti no voy a morirme.

sábado, 1 de marzo de 2014

¿Por qué joder? ¿Por qué cada una de mis lagrimas tiene su nombre? ¿Por qué consigue hacerme llorar como una niña pequeña muerta de miedo? ¿Por qué me daña con cuchillos afilados? ¿Por qué no me deja hacerle feliz y que él me haga feliz a mi? ¿Por qué es tan sumamente dañino para mi ser? ¿Por qué señor por qué?
Yo solo quiero pasar el resto de mi vida a su lado... Ser feliz con él, compartir los mismos sueños e ideas.
Solo quiero que él sea mi único...

viernes, 28 de febrero de 2014

Dos eternidades

No dormí en toda la noche... No lograba conciliar el sueño. Es tanto el dolor, que no logro encontrar las palabras para describirlo.
Escuché como se iban mis padre a trabajar, como se levantaron, hablaron, se vistieron, desayunaron y se fueron.
Mi madre no se percató, no sé si por suerte o por desgracia, de que esa noche me había levantado dos veces a vomitar, de que me pasé la noche llorando y moqueando.
Supongo que finjo de maravilla estar bien, porque nadie se da cuenta de como estoy muriendo por dentro.
Si soy sincera ni siquiera me apetece irme de viaje, no me siento con fuerzas y mucho menos con ganas.
No logro entender por qué tanto sufrimiento ahora, si yo ya estaba acostumbrada al dolor, a los daños, a todo. No entiendo por qué esta vez me chocó tan fuerte. Supongo que... porque estaba viendo como todo mejoraba, ya tenía el futuro hecho, mi vida planeada al detalle, junto a él. Demasiado bonito para ser cierto ¿no?
Obviamente me esperaba otra reacción por su parte. Entiendo su dolor, en parte, también creo que lo  exageró.
No hizo falta decirnos nada, porque... Nos lo dijimos todo.
El momento en el que le dije todo aquello y él solo me contestó eso, sabía que todo había acabado. No había vuelta atrás.
Lo que más me duele de todo, es que no se paró a reflexionar, no se paró a intentar entenderme. Simplemente abarcó lo que él sentía, y fin. Y como se sentía muy mal, y engañado o yo qué sé como se sentía, pues así reaccionó.
Y se equivocó, cometió un error muy grande, no sabe el calibre de tal error.
Pero supongo que no importa. Yo me voy a ir, él no tiene ninguna cuenta, no puede ni querrá hablar conmigo.
Solo me gustaría que supiera, que era feliz. Realmente feliz. No feliz como lo decía antes, no. Ahora estaba siendo feliz. Sonreía al ver un mensaje suyo, me ponía a pensar en nuestro futuro, en nuestros hijos, en que solo quería que él fuese el padre. Que solo quería que él estuviese en mi vida para siempre. Pero... El destino nunca me deja ser feliz mucho tiempo.
Solo me queda resignarme y superarlo, aunque sé de sobra que me va a costar un vida entera, y que lloraré cada noche durante meses... Un día dejaré de llorar, pero jamás, lograré olvidarle.